viernes, 6 de mayo de 2011

M I S Q U I T O S

Los misquitos o zambos (Mezcla de negro e indio) viven en unas 84 comunidades rurales, localiadas en el departamento de Gracias a Dios, zona de La Mosquitia. Su población supera los cuarenta mil habitantes.

Los misquitos han vivido de manera permanente de las actividades de la pesca y en el pasado reciente han incursionado con éxito en las labores de buceo.

La población misquita es descendiente de las tribus Chibchas, quienes vivieron en los bosques bajos del norte de América del Sur antes de la llegada de los europeos. El nombre misquito, posiblemente provenga o este relacionado al "mosquete" que era el fusil introducido por los ingleses y que se negociaba en aquella costa.

El origen de los misquitos como grupo étnico, no está claro. Los misquitos mismos y muchos estudiosos consideran que ellos siempre han sido misquitos. Algunos autores coinciden en que el pueblo misquito surgió en el siglo XVII, de una mezcla social y biológica de bawinkas, tawahkas (sumos), africanos y europeos.

Linda Newson afirma que no existen referencias a los misquitos y al parecer éstos surgieron a inicios del período colonial, emergiendo durante el siglo XVII. La referencia más temprana a los misquitos según Newson, la hace el bucanero Exquemelin, quien, en 1672, observó que formaban una pequeña nación de 1600 a 1700 habitantes. En 1681, Dampier, haciendo un estimado más conservador, observó que, No son más que una pequeña nación o familia, y no hay 100 hombres de ellos en número, habitando la tierra firme al norte, cerca del cabo Gracias a Dios; entre el cabo Honduras y Nicaragua.

Se ha sugerido, y parece probable, que los mosquitos sean un grupo puramente histórico que se origino en la mezcla de indígenas Sumos con negros que naufragaron en los Cayos Mosquitos en 1641. En 1711, el Obispo de Nicaragua describió así el origen de los "Zambos ó Misquitos":

"En el año de 1641 se perdió un navío cargado de negros en la costa del mar del norte y en la parte entre la boca del Río San Juan, provincia de Nicaragua y la ciudad de Trujillo provincia de Honduras... recogiéndose la tercera parte de los negros y los demás se retiraron y guarecieron entre las malezas de aquellas montañas ocupadas por indios caribes que celosos y recelosos de aquellos nuevos huéspedes le hicieron guerra entre sí muy cruda, vencieron con el tiempo los negros a los caribes, retirándose estos montaña adentro hacia las tierras de Segovia y Chontales... quienes hoy en día tienen fiera enemistad con ellos... Con las mujeres de los vencidos se fueron multiplicando los vencedores, y por que ya murieron aquellos primeros huéspedes se llaman hoy sus descendientes zambos por ser hijos de negros y de indios."

Existe alguna evidencia biológica que apoya el origen racial mixto propuesto para los misquitos. En un examen de los grupos sanguíneos de indígenas tawahkas y misquitos de la zona del Río Segovia, Matson y Swanson encontraron que, mientras todos los Sumos pertenecen al grupo "O", la distribución de grupos sanguíneos entre los misquitos era de 90% "O", y el porcentaje restante de los tipos "A y B".

La próxima asociación entre los tawahkas y los misquitos puede verse en sus leyendas y lenguajes. Por ejemplo, una leyenda tawahka relata cómo los antepasados tribales, Mai-Sahana y Yapti-Misri, nacieron de una gran roca cerca del Río Patuca y luego dieron a luz a los misquitos, tawahka y ohlawa. Similarmente, la lengua misquita es más parecida al dialecto Bawihka del Tawahka. Sin embargo, sus mínimas variantes dialectales en comparación a los Sumos, cuyos dialectos varían tanto, que los distintos subgrupos encuentran dificultad para la comunicación, sugiere su origen más reciente. Además el dialecto de los misquitos tiene un mayor número de extranjerismos, especialmente del español y del inglés, existe alguna muestra, aunque leve de influencia africana.

miércoles, 4 de mayo de 2011

LOS CHORTIS

Los Chortís ...por su filiación etnolingüística son descendientes directos de los Mayas, responsables de la cultura de Copán, Quiriguá y demás ciudades australes del viejo imperio.

Los científicos comparten la idea de que los Chortís son de la familia maya y de la rama lingüística chol. Culturalmente y lingüísticamente, los Chortís están emparentados con los chontales de Tabasco y con los choles de Chiapas (México). Los Choles y los Chortís ya se habían separado antes de la conquista española; los primeros se dirigieron hacia el noroeste y los segundos permanecieron en la región original.

Según fuentes antropológicas e históricas, los Chortís son el resultado de la fusión de diferentes pueblos. Los pipiles fueron uno de estos pueblos que influyeron decisivamente en la región pues, por la introducción del mercado, minaron toda la antigua estructura de circulación de bienes reglamentada por costumbres ligadas al parentesco. El signo de esta convivencia entre pipiles y chortís continuó por muchos siglos, al cabo de los cuales estos pueblos fueron absorbidos por la cultura Maya. El aparecimiento del dialecto chortí dentro del idioma chol, fue el resultado del encuentro con otros pueblos.

No se sabe a ciencia cierta si fueron los Chortís quienes edificaron Copán el hecho históricamente cierto y, al mismo tiempo, incuestionable es que, en la época de la conquista castellana (1530) los Chortís habitaban Copán y comarcas circunvalantes y que su Ajav o Rey se opuso tenazmente a las fuerzas expedicionarias que comandaban Hernando de Chávez y Pedro Amalín.

Los estudios recientes reflejan que Copán, como centro cultural fue el asiento de la civilización del antiguo imperio Maya. Los Chortís muy bien pueden ser descendientes directos de la población que habitaba Copán antes de la conquista y su lengua puede ser, en lo fundamental, la misma que se hablaba en el antiguo Copán.

La disminución progresiva de la población Chortí comenzó, al igual que otros pueblos indígenas del país, en el siglo XVI, con el inicio de la colonización, ya que el sistema español de repartimiento y encomiendas afectó seriamente a las poblaciones indígenas. Los malos tratos y los vejámenes cometidos contra los indios por parte de los encomendadores y corregidores, más las enfermedades adquiridas en los trabajos de añil y las epidemias de viruela y sarampión, provocaron considerables estragos en las comunidades indígenas.

En Guatemala, los Chortí en su mayoría son bilingües, chortí-español, a excepción de algunas mujeres ancianas que solo hablan chortí. En Honduras los chortís se ubican principalmente en el departamento de Copán; la lengua se ha perdido y han adoptado en un 100% la lengua española. Según datos extraoficiales la población chortí de Guatemala, donde se ubica el centro cultural de este grupo, se estima actualmente en unos 55000 individuos. En el lado hondureño, además de la lengua, han perdido también el traje tradicional y gran parte de su cultura; todo lo contrario a los chortís guatemaltecos que lo lucen a diario y han logrado preservar mucho de su cultura ancestral. Sobre la base de esto nombraremos a los chortís hondureños: campesinos de tradición chortí. En Honduras su población se aproxima a los 4200 habitantes localizados principalmente en el departamento de Copán.
El Aspecto Religioso

LENCAS

Existe polémica sobre la descendencia y origen de los Lencas. Sin embargo, de acuerdo a Barón Castro, los Lencas son los restos directos de los Mayas que no siguieron el éxodo que dio fin al antiguo imperio Maya. A la llegada de los españoles, su población se encontraba ubicada en la parte que hoy comprenden las repúblicas de El salvador y Honduras.

En la actualidad se sabe muy poco sobre las lencas prehispánicos pero según relatos y escritos de los cronistas, sacerdotes, gobernadores e historiadores, se sabe que los lencas, antes de la llegada de los españoles, eran el pueblo más extendido que habitaba la actual república de Honduras. Ocupaban parte de occidente, centro y sur del país habitando poblados con un tamaño promedio de 350 casas. No fueron poseedores de grandes centros ceremoniales y se caracterizaron por practicar una agricultura basada en el cultivo del maíz y los frijoles, a un ritmo de 3 cosechas al año y por sus prácticas culturales, como la molienda del maíz cosido con ceniza y las fiestas religiosas periódicas. Por otra parte, cierto tipo de auto sacrificio humano testimonia la afinidad del pueblo lenca con las culturas mesoamericanas.

En 1853 el viajero e investigador E.G. Squier escuchó que los indios de Guajiquiro (La Paz) llamaban a su lengua "lenca" y al encontrar coincidencias lingüísticas con otros pueblos del mismo departamento, acuño el vocablo "lenca" para identificar a éstos y a los demás indígenas del occidente, así se origino el nombre Lenca para identificar a este pueblo.

Los Care, Cerquin, Potón y Lenca; eran poblaciones que, si bien es cierto estaban aislados por grandes distancias, se mantenían unidas por lazos culturales y una historia en común. A cada grupo le correspondía un territorio bien delimitado, repartido en cacicazgos. La población bajo el mando de un cacique se organizaba en pueblos. Al momento de la Conquista había por lo menos 500 poblados. Existía una casta sacerdotal, una de nobles y de guerreros. Las guerras eran frecuentes entre los diferentes señoríos. Pero entre los que hablaban la misma lengua, ósea los cuatro grupos principales, hacían pactos temporales de paz, vestigio de los cuales ha llegado hasta hoy la tradición del Guancasco.

De acuerdo a datos históricos, antes de la llegada de los españoles, los lencas y los demás grupos indígenas que habitaban la región estaban gestando su propio proceso histórico. Los relatos acerca de las "cruentas guerras", dejados por los cronistas coloniales, dan fe de una efervescencia política que tendía hacia la consolidación de poderes hegemónicos. Existían las relaciones de producción comunal primitivas.

La conquista y colonización española de Honduras consistió en un proceso de destrucción violenta de la organización socioeconómica de los pueblos indígenas. En el caso concreto de los lencas, de acuerdo a los cronistas, la conquista no fue fácil, pues resistieron por más de veinte años. Un factor que prolongó la lucha fue la organización social con la que contaban; su acción de resistencia más importante fue la conocida como "La rebelión de los lencas", encabezada por el cacique Lempira en el año de 1537. Lempira que significa "Señor de la Sierra", forjo la unidad de todo el pueblo lenca (Cares, Cerquines, Potones y Lencas propiamente dicho) alrededor de una confederación de tribus organizadas para luchar contra los conquistadores. Lempira fue nombrado jefe de la resistencia y con un ejército que fue integrado por cerca de dos mil guerreros, inicio la lucha que, según fuentes históricas se prolongó por más de seis meses.
La Lengua

Esta se extinguió en las últimas décadas del siglo antepasado y las primeras del siglo pasado. Pueden encontrarse aún algunos ancianos que recuerdan palabras lencas que oyeron de sus padres o abuelos, pero el idioma vivo ha dejado de existir. Aunque existe la posibilidad de que algunos ancianos hablen la lengua, muestran gran celo para revelarlo. La población en general ya no muestra ni evidencias de la posibilidad de rescatar una lengua estructurada.
Religión

Para los lencas, la religión es el cuerpo totalizador de su cultura. Profesan el catolicismo como lo hace la gran mayoría de la población del país, no obstante, de una forma muy propia: ellos la reconocen como "la religión antigua" y la diferencian conscientemente de la ortodoxia católica. De la religión antigua han perdurado prácticas y concepciones que justifican esta diferencia. La religión antigua, altamente conservadora posee profundas alteraciones de los proyectos católicos. (Por ejemplo: asocian a Cristo y la virgen María como el padre y la madre formadores). Esta inclusión de elementos autóctonos es lo que la caracteriza.

Practican sacrificios de animales o "composturas", como ellos los llaman, para agradecer o pedir perdón a los ángeles y a los santos; guardan con celo en su memoria pasajes de la "historia divina" que no aparecen en la Biblia, de cómo Dios formó las nubes, el maíz y el mundo.

Los lencas representan en la actualidad una población indígena que tiende a desaparecer, producto de la constante latinización, la perdida de su lengua y con ello, el desaparecimiento de gran parte de sus rasgos culturales.

La población lenca se localiza en los departamentos de La Paz, Intibucá y Lempira. También se encuentran en número reducido en los departamentos de Santa Bárbara, Comayagua, Francisco Morazán y Valle. Los lencas viven en más o menos 100 comunidades constituidas por aldeas, caseríos y pueblos.

La mayoría de las comunidades lencas se encuentran ubicadas en las zonas más altas de Honduras, a 1,650 metros sobre el nivel del mar, en tierras improductivas, donde el clima es templado durante casi todo el año. Se estima la población lenca de Honduras en unos 100,000 habitantes.

Según la antropóloga e historiadora Anne Chapman, a la llegada de los españoles, los lencas estaban distribuidos en distintos grupos, constituyendo una considerable población: Care, Cerquín, Potón y Lenca; eran poblaciones que, si bien es cierto estaban aisladas por grandes distancias, se mantenían unidas por lazos culturales y una historia común. Siguiendo el estudio de Chapman, geográficamente los lencas se distribuían de la siguiente manera:
Care: Intibucá, La Paz, norte de Lempira y sur de Santa Bárbara

Cerquín: centro y sur de Lempira y sur de Intibucá.

Potón: El Salvador, al oeste del río Lempa.

Lenca: departamento de Comayagua, oriente de La Paz, centro y sur de Francisco Morazán, incluyendo probablemente la capital de Honduras (Tegucigalpa). Los lencas estaban también en el valle de oriente donde colindaban con los otones de El Salvador.
A cada grupo correspondía un territorio bien delimitado, repartido en cacicazgos. La población bajo el mando de un cacique se organizaba en pueblos. Al momento de la Conquista había por lo menos 500 poblados, existía una casta sacerdotal y una de nobles de guerreros. Las guerras eran frecuentes entre los diferentes señoríos; pero ente los que hablaban la misma lengua, o sea, los cuatro grupos principales, hacían pactos temporales de paz, vestigio de los cuales ha llegado hasta hoy la tradición del Guancasco.

De acuerdo a datos históricos, antes de la llegada de los españoles, los lencas y los demás grupos indígenas que habitaban la región estaban gestando su propio proceso histórico. Los relatos acerca de las "Cuentas guerras", dejados por los cronistas coloniales, dan fe de una efervescencia política que tendía hacia la unificación de las provincias y hacia la consolidación de poderes hegemónicos. Las relaciones de producción comunal primitivas.